jueves, 27 de mayo de 2010

Los Globos Negros


En cierta ocasión el famoso predicador y líder norteamericano Martin Luther King se encontraba a punto de dar una de sus célebres conferencias acerca de los Derechos Humanos. Rápidamente notó que una pequeña niña negra se encontraba al frente de su auditorio. Un poco sorprendido, preguntó a uno de sus ayudantes al respecto, y éste le dijo que la niña había sido la primera en llegar al lugar. Al terminar su discurso, como parte de la ceremonia se soltaron globos de diferentes colores al cielo que la pequeña no dejaba de admirar. Entonces el predicador se acercó a ella y la levantó en sus brazos. La pequeña lo miró fijamente y le preguntó:
—"¿Los globos negros también volarán hacia el cielo?"
Martin la miró dulcemente y le contestó:
—"Los globos no vuelan al cielo por el color que tengan, sino por lo que llevan dentro".

¿Que enseñanza rescatas de este relato?

Hasta la próxima

miércoles, 5 de mayo de 2010

El Secreto del Cofre


Hace muchísimos años, vivía en la India un gran sabio, de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacía ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que, por eso, se consideraba el hombre más feliz del mundo.
Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron robarle para obtener el cofre, pero todo era en vano. Cuanto más lo intentaban, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir: Así pasaban los años y el sabio era cada día más feliz.
Un día llegó ante él un niño y le dijo: “Señor, al igual que tú, también quiero ser inmensamente feliz. ¿Por qué no me enseñas qué debo hacer para conseguirlo?” El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: “A ti te enseñaré el secreto para ser feliz. Ven conmigo y presta mucha atención. En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y éstos son mi mente y mi corazón, y el gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida...El primer paso, es saber que existe la presencia de Dios como ser supremo en todas las cosas de la vida, y por lo tanto debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes. El segundo paso, es que debes quererte a ti mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, yo soy capaz, yo soy inteligente, yo soy cariñoso, yo espero mucho de mí, no hay obstáculo que yo no pueda vencer. Este paso se llama Autoestima y es importante tenerla en un nivel alto.

“El tercer paso, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama Motivación.
“El cuarto paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas. Este paso se llama Eliminación de Envidia.
El quinto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te dejará ser feliz; de ja que las leyes de Dios hagan justicia, y tú perdona y olvida. Este paso se llama Perdón.
El sexto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que, de acuerdo a las leyes de la naturaleza, mañana te quitaran algo de más valor. Este paso se llama Respeto Por Las Cosas Y Derechos Ajenos.
El séptimo paso, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos derechos que se nos respete y se nos quiera. Este paso se llama Compasión.
Y por último, como paso final, debes levantarte siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin esperar nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfadores y que de esta manera, puedan ser felices como tú ya lo eres.

domingo, 2 de mayo de 2010

El Valor de un Anillo


-“Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa, que no tengo fuerzas para hacer nada. Todos me dicen que soy una calamidad, que no sirvo para nada, que no hago nada bien, que soy bastante tonto... ¿Cómo puedo mejorar?...¿Qué puedo hacer para que me valoren más?”
El maestro, sin mirarle le dijo:
- “!Cuánto lo siento, pequeño saltamontes. No puedo ayudarte, porque debo resolver primero mi propio problema. Si quisieras ayudarme tú a mí, podría resolver el tema con más rapidez y luego, tal vez te pudiera ayudar.”.
- “Encantado”– titubeó el muchacho, aunque una vez más sintió que volvía a ser desvalorizado y vio sus necesidades otra vez postergadas.
- “Bien”, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo meñique izquierdo y dándoselo al chico, agregó:
- “Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debes vender este anillo y trata de obtener por él la mayor suma posible, pero nunca aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas”
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con cierto interés, hasta que decía el precio que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, unos se reían, otros daban media vuelta hasta que un viejito le explicó que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio del anillo.
Después de ofrecer la joya a más de cien personas y abatido por su fracaso, montó en el caballo y regresó. Entró en la habitación y dijo:
- Maestro lo siento... no pude conseguir lo que me pediste. Tal vez podría conseguir dos o tres monedas de plata, aunque no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo”.
- “!Qué importante lo que dijiste, pequeño saltamontes”- contestó sonriente el maestro. “Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto daría por él. A pesar de todo lo que te ofrezca, nunca se lo vendas. Regresa aquí de nuevo con el anillo”.
El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo. Lo miró con lupa, lo pesó y luego le dijo:
- “Dile al maestro, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro”.
- ¿58 monedas??? Exclamó el joven.
- “Sí”- replicó el joyero- Sé que con el tiempo, podríamos obtener hasta 70, pero nunca si la venta es urgente.
El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.
- “Siéntate- dijo el maestro después de escucharlo. Tú eres como este anillo: una joya valiosa y única y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida, pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?.
Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo meñique de su mano izquierda.