lunes, 21 de febrero de 2011

La Verdadera Belleza.......


Leyendo a Bucay, me encuentro con esta metáfora que quiero compartir con ustedes:

"Sucedió en una tarde de verano que La Belleza se paseaba por un precioso paraje en las márgenes de un río. El día era tan caluroso que se le ocurrió desnudarse de sus preciosas ropas de finas sedas, depositándolas sobre la hierba a fin de refrescarse con un buen baño. Pero curiosa coincidencia, sucedió que también por allí se encontraba paseando La Fealdad con sus ropas descoloridas y sencillas. Al pasar junto al río, se le ocurrió la misma idea que a la Belleza, por lo que sin dudar, se despojó de sus ajadas apariencias y, colocándolas junto a las ropas de la Belleza, se zambulló en el río. Estuvieron un rato chapoteando divertidas hasta que La Fealdad decidió salir mientras la Belleza continuaba su baño. Cuando la Fealdad llegó a la orilla y contempló las preciosas ropas que La Belleza había dejado en la orilla, decidió vestirse con ellas, dejando en vez sus antiguas prendas allí sobre la hierba. Al poco, siguió su camino y se alejó por el sendero.
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Más tarde, cuando la Belleza decidió salir del agua, comprobó que la Fealdad se había llevado sus ropas recién estrenadas; a cambio, le había dejado las viejas. La Belleza, viendo que la tarde caía y no atreviéndose a la desnudez, decidió vestirse con aquellas ropas y continuar su paseo por entre montañas y valles. Desde entonces, cuentan los sabios que en este mundo que vivimos, hay algunos que: Contemplan el rostro de la Belleza y saben que no lleva sus ropas. Y otros, que conocen el rostro de la Fealdad y sus ropas no los engañan".

Amigos, ¿Qué tipo de personas resultan ser más influenciables a la simple apariencia externa? ¿Acaso este nivel de sugestionabilidad depende del grado de profundidad y madurez emocional que se haya alcanzado? Las personas cuyo desarrollo es todavía superficial se dejan engatusar por el diseño de las superficies.

La falta de sencillez lo estropea todo.
Unamuno


Por más maquillaje que lleve puesto un rostro, llegará un momento en el que el dueño de esa máscara tendrá que hablar, compartir, emocionarse comunicar matices, y, en definitiva, mostrarse y la calidad interior que vive tras las plumas, las alhajas, los perfumes y los pelos de moda. ¿Quién se deja seducir todavía por los “efectos especiales” que decoran las superficies de los cuerpos?, ¿ Cuanto dura esa belleza?.

Quien vive atento a la aprobación de los demás no se siente feliz,
la opinión del mundo exige mucho.
Séneca


¿Cuántas veces hay que dejarse impactar por las apariencias para aprender a descubrir lo que subyace tras las mismas?, ¿Es que todavía la sociedad materialista y superficial se comporta como lo hacían los indígenas que ante un transistor o un espejito con reflejos, hincaban su rodilla y ofrecían sus tesoros entre admiración y sonrisas embobadas?, ¿cuál es la diferencia? ¿Qué valores merecen la pena ponderar en nuestro corazón? ¿En qué consiste la belleza interior?
¿Qué ofrecen la bondad, la alegría, la generosidad, la gratitud, la hermandad, el humor, la integridad, la voluntad, la fortaleza, la templanza, la ternura, la serenidad, la libertad, la lucidez, la confianza, la creatividad, el entusiasmo, la inteligencia y el amor? ¿Acaso no son valores que se hacen evidentes en las pupilas de los que los emiten y regalan?, ¿acaso no son contenidos que “cantan” tras la calidad de la mirada y los sutiles tonos de las palabras? ¿Tienen los valores humanos menos poder que las plumas, los adornos, los maquillajes, las alhajas, y los traseros clónicos de moda? Viajamos por todo el mundo para encontrar la belleza, pero si no la sentimos dentro, no aparecerá.

Hasta la próxima.......