viernes, 25 de marzo de 2011
Una Declaración Responsable.
Somos campeones para buscar responsables por lo que nos ocurrío en el pasado, nos ocurre en el presente, y culpamos a ello por lo que según una visión nublado, será nuestro futuro.
El coaching te ayuda a tomar conciencia y responsabilidad por tu vida. Pero ¿que es responsabilidad?, es nada más y nada menos que responder con habilidad. Es hacerse cargo de tu vida y no mirar "culpables" por lo que esta sucediendo, sino tomar el control, aprender de los resultados no deseados (no los llamaremos fracasos, el fracaso es sólo un modelo de aprendizaje que te ha entregado nuevo conocimiento y herramientas para mirar el presente y el futuro) y generar las acciones enfocadas en tus metas.
Por lo tanto te invito a generar tu propia "Declaración de Responsabilidad" partiendo como base con lo siguiente:
- ¿Tienes la responsabilidad de buscar y encontrar tu verdadero lugar en la vida?
- ¿Tienes la responsabilidad de escribir metas desafiantes para tu vida?
- ¿Tienes la responsabilidad de usar tus horas y minutos sabiamente?
- ¿Tienes la responsabilidad de visualizar la obtención de tus metas con detalles, colores, sonidos vívidos y viéndote en ellas?
- ¿Tienes la responsabilidad de elegir un estilo de vida de alta energía y comenzar así todos los días?
- ¿Tienes la responsabilidad de desarrollar al máximo cada área de tu vida?
- ¿Tienes la responsabilidad de ir más allá de lo que ya has planificado?
- ¿Tienes la responsabilidad de perseverar hasta ver logrado tus metas?
Ahora con este conocimiento:
- ¿Quién se beneficiará más en tu vida si elevarás los criterios y exigieras mucho más de ti mismo?
- Describe tu vida y las pasiones que tenías hace 10 años y dime, ¿cuál era tu enfoque?, ¿cuáles eran tus desafíos?, ¿cuáles eran tus ilusiones y sueños?.
¿A quien puedes influenciar con lo que descubrirás en estas preguntas en las próximas 24 horas?.
Hasta la próxima..........
miércoles, 16 de marzo de 2011
El Efecto Pigmalión
La Mitología griega cuenta que el escultor Chipriota Pigmalión era un hombre solitario que no quería comprometerse con ninguna mujer. Un día comenzó a esculpir la efigie de una chica, y poco a poco la fue cincelando con tal amor y devoción que hizo la más perfecta estatua que ojo humano pudiera ver. Terminada la hermosa obra, Pigmalión le puso un lindo traje y una guirnalda de flores en la cabeza y le dio un apasionado beso, pero su tristeza era infinita porque en verdad se había enamorado perdidamente de una simple escultura.
Venus la diosa del amor, que lo observaba inmóvil frente a su obra, un día tuvo lástima de él. Pasó al lado de la estatua y, con un soplo, le dio vida a tan magnífica belleza. La estatua se bajó del pedestal con vida propia y suavemente se acercó a Pigmalión, que no salía de su asombro. Así según la mitología griega nació Galatea, quien se convirtió en la esposa del artista y la madre de Phapos. Tan poderosa fue la expectativa de Pigmalión que se volvió realidad.
En términos gerenciales, las investigaciones han demostrado que los jefes tienen esa facultad de enaltecer y mejorar la efectividad de sus colaboradores en la medida que crean en ellos, o por el contrario, pueden hacer que fracasen , si su predicción o expectativas sobre ellos es negativa. En la literatura psicosocial se han analizado una serie de procesos asociados con este tipo de creencias, tales como la percepción de los demás, los prejuicios, la tolerancia, la confianza y otros aspectos relacionados con el creer o no creer en el otro y que, por esa vía, conllevan a que se haga realidad el efecto Pigmalión.
¿Que nuevo aprendes de este relato?
Hasta la próxima..............
sábado, 5 de marzo de 2011
Una Lección de Vida
En una alta montaña había un viejo monasterio habitado por monjes pertenecientes a una hermandad espiritual muy disciplinada y austera. Aquellos “hermanos” eran grandes estudiosos de las leyes del Universo y dedicaban sus horas a los cantos gregorianos, a la contemplación de las rosas y las galaxias y, a los debates eruditos sobre las infinitas formas de Dios. Entre ellos, vivía junto a fogones y escobas, un joven aprendiz. Un ser silencioso, santo y analfabeto. Joaquín que es así como se llamaba, venía del mundo del circo y entre pirueta y salto mortal, oyó un día la voz de su corazón que lo llamaba al retiro silencioso.
Joaquín dejó todo y se presentó en el monasterio diciendo que poco podría aportar ya que su cultura era escasa, pero rogaba que se le admitiese para ayudar en cualquier menester en el que no hicieran falta conocimientos. Se dice que tras contemplar aquella alma sencilla que buscaba el silencio, los monjes no tardaron en aceptar su llegada abriendo las puertas de aquella comunidad. El tiempo fue pasando y tanto las primaveras como los otoños se fueron sucediendo llenos de laboriosidad y sutil trascendencia. Entretanto, aquel aprendiz que a todos servía modesto y silencioso, se sentía radiante, ya que tras cumplir sus humildes obligaciones, mantenía un secreto que cada día ensanchaba su corazón... Por la noche, mientras todos dormían, Joaquín se levantaba sigilosamente y seguidamente se dirigía el santuario del monasterio. Un día por azar, un compañero descubrió sus escapadas nocturnas, y sintiendo una cierta intriga habló de ello con el Líder del monasterio. Tras algunas cavilaciones acerca de las salidas nocturnas del hermano Joaquín, ambos decidieron que llegada a la caída del sol seguirían sus pasos hasta el santuario para poder allí observarlo. Aquella noche, los dos visitantes siguieron silenciosos al hermano Joaquín hasta la capilla, y desde un rincón oscuro contemplaron incrédulos que el lego aprendiz, delante del altar, comenzaba a realizar toda una serie de increíbles piruetas y saltos mortales de difíciles contorsiones. Joaquín, tras cada número de circo, abría los brazos y saludaba emocionado al altar, como quizá hacía en su anterior modo de vida ante el gran público pero, en esta ocasión, sus ofrendas estaban dirigidas a Dios en aquel templo.
Los dos compañeros, impresionados tras lo visto, salieron de puntillas dejándole actuar. De pronto el Líder comprendió por lo que acababa de contemplar que aquel humilde ser expresaba y ofrecía lo único que sabía y tenía: sus habilidades personales. Pero lo que, en realidad, había llegado a sobrecoger su corazón, fue comprobar que cuando aquel aprendiz saludaba a Dios tras cada pirueta, el rostro de Joaquín, el aprendiz, se iluminaba como recibiendo una gracia divina que además llenaba el lugar de una paz que no entendía el Líder. Y es que aquella alma sencilla, pensó el Líder, no sabía de galaxias ni de cometas, no sabía de latín ni de griego. En realidad aquel humilde corazón, TAN SOLO SABÍA DE AMOR.
Qué tengas un buen fin de semana...
Hasta la próxima.......
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