Cuenta que un hombre oyó decir que la felicidad era un enorme tesoro. A partir de aquel instante, comenzó a buscarla.
Primero se aventuró por el placer y por todo lo sensual; luego por el poder y la riqueza; después, por la fama y la gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes, del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.
En un lugar del camino, vio un letrero que decía: "Le quedan dos meses de vida".
Aquel hombre, ya cansado y desgastado por los sinsabores de la vida, se dijo: "Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber y de la vida con las personas que me rodean".
Y aquel buscador infatigable de la felicidad, sólo al final de sus días encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de si mismo por servir, estaba el tesoro que tanto había deseado.
¿Que lecciones de vida rescatas en este relato?.
Un hombre le dijo a Buda: "Yo quiero felicidad", Buda contestó: "Primero retira el YO, esto es el ego. Después remueve QUIERO, porque ese es el deseo egoísta; Mira, sólo queda FELICIDAD".
Hasta la próxima...