jueves, 17 de enero de 2013

Deseo

Existen tres elementos básicos para la concreción de objetivos.  No conocerlos y más aún aplicarlos, lleva a que muchos planes de negocios, planes de metas personales y objetivos de equipos no se concreten y queden en el plano de sueños más que de visión.    Estos tres elementos son los siguientes:
1.- Deseo
2.- Convicción
3- Voluntad

Voy a referirme brevemente en este artículo al "Deseo", luego en los próximos hablaremos de los demás.  

El deseo es una sustancia del corazón (hablando no del órgano físico como tal, ustedes me entienden) que es invisible a los ojos físicos, sin embargo, influye poderosamente en nuestras acciones.  El deseo es nuestra respuesta a la visión.   Claramente hay deseos positivos y otros negativos.  Todos los hombres que han dejado huella en la historia, han comenzado con la visión de querer hacer ese cambio y lo han acompañado del deseo de lograrlo, nada se logra sin el deseo.  Toda grandeza comienza con una visión alimentada del deseo verdadero de hacer realidad. 

El deseo marca la diferencia.  Cuentan que un líder de avanzada edad, de una tribu emigrante de Europa hacía las Américas, sintiendo la necesidad de heredar su posición de liderazgo  llamo a sus tres candidatos y les dijo:
- ¿Pueden ver aquel monte?, quiero que traigan alguna evidencia de ese monte.
Luego de un tiempo largo, el primer candidato volvió sonriendo. El anciano le preguntó:
- ¿Cuál es la evidencia de que has estado en ese lugar?.
Al abrir su mano, le mostró una piedra y dijo:
- Aquí tiene.  Esta es la evidencia de que estuve en el monte.
Al día siguiente, apareció el segundo candidato con la rama de un árbol sobre su hombro, y el je de la tribu preguntó:
- ¿Cuál es la evidencia que has traído?
- Señor, le respondió, vi que había muchos árboles, me subí a uno de ellos y traje esta rama.  Esta es mi evidencia.
El tercer candidato no aparecía.   Luego de una par de días, apareció, pero con las manos vacías.   Los otros dos se burlaban de él y el anciano preguntó en un tono molesto:
- ¿Y tú?, ¿Qué has traído?.
- Señor, no traje ninguna evidencia con lo han hecho los demás, pero traje un sueño.  Mientras que los demás se quedaron abajo en la montaña, yo subí a la cima, y vi que del otro lado de la montaña había una pradera muy grande y fértil.  Creo que nuestra tribu debe trasladarse al otro lado de la montaña para poder prosperar y sobrevivir dignamente.
El jefe de la tribu se conmovió y el tercer candidato heredó el liderazgo.

El deseo cambia las circunstancias.

Hasta la próxima...