lunes, 27 de enero de 2014

Un Equipo Triunfador


Un elemento esencial antes de concentrar su atención en incrementar la efectividad de su equipo, es examinar que aporta a este cada uno de sus miembros. 

                Mucho se habla respecto a trabajo en equipo, liderazgo de equipos, otros usan términos como Team Coaching para llevar a miembros de un grupo a trabajos de relacionamiento, cohesión y porque no decirlo, diversión con aprendizaje, pero aunque podemos coincidir con algunas escuelas y psicólogos en lo que respecta a las necesidades básicas de los individuos, creo necesario abordar algunas que son fundamentales.  Estas son: El sentido de pertenencia, el sentido de valor y el sentido de competencia, estas son tres grandes necesidades de los miembros de un equipo.

                 Para algunos el trabajo en equipo se remonta las “pichangas” o “juegos” con los compañeros del barrio.   No importa donde, el sólo rito de alinearse por equipos para ser parte de un juego es una experiencia casi universal.   Un equipo lo integra un grupo de individuos que tienen algo en común; Un anhelo innato de pertenecer a algo.  En algunos claramente este sentimiento es más profundo que en otros, pero está presente en todos.

                Un conferencista americano ha popularizado una máxima que es la siguiente: “¿cómo podemos describir la vida en su punto óptimo?”, pregunta al público, y continua diciendo: “Nada que perder, nada que demostrar, nada que ocultar”.  En realidad, es eso lo que nos brinda la sensación de que valemos algo.  El querer asumir riesgos suele caracterizar a una persona con autoestima alta, el que corre riesgos suele pensar así: “Me siento seguro de lo que soy y de quien soy, por tanto no necesita demostrárselo a nadie, soy quien soy”.  El problema es que mucha veces en búsqueda de este sentido de valoración, se pierde la identidad y  se vulnera gravemente la confianza en sí mismo con etiquetas que la sociedad y la actividad misma obliga a cubrir. ¿Cuántas veces ha escuchado usted lo siguiente?: “Mi nombre es XXXXXX y soy ingeniero (puede ser cualquier actividad), y además soy el gerente de área de esta compañía”, confundiendo el sentido de identidad con la actividad temporal o profesión, muchas veces basando la autoestima, en la imagen que otros tengas de él.  Una persona, miembro de un equipo que conoce su identidad, reconoce sus fortalezas y debilidades, sabe que es valioso y que tiene algo que aportar y recibir del equipo.

                La tercera gran necesidad, es la de sentirse competente.  Queremos sentir que estamos haciendo una contribución al equipo.  Si aún no lo ha hecho, le invito a que se pregunte “¿Qué me hace ser único y competente para este equipo”?. Si no se ha formulado esta pregunta, en un futuro cercano hágalo, será valioso no sólo para usted sino para su equipo.  Hay programas de Coaching que le pueden ayudar a usted y al equipo a encontrar esas competencias que le harán más consciente y responsable de su rol en este gran rompecabezas llamada “Equipo”.  

                Muchas personas para comenzar un proceso de valor en un equipo deben romper una barrera, y es la “Inseguridad Personal”.  Claramente esta barrera personal, limita al equipo.  Aún si no tiene que ver con la tarea o proyecto específico, puede afectar el normal funcionamiento del equipo.  La falta de confianza en sí mismo, la ansiedad, las actitudes defensivas y el temor son todos síntomas de que hay inseguridad personal.

                Si bien hay muchas razones y quizás argumentos positivos para justificar un ambiente competitivo, también hay riesgos a considerar.   Uno de los mayores peligros de la competencia es la falsa percepción de que estamos compitiendo contra los propios miembros de nuestro equipo.   Es vital recordad que en un equipo “TODOS DEBEN GANAR”.  Si estamos compitiendo con cualquier otro propósito, se pierde la efectividad del equipo.

                Pero esto no es todo, otra barrera que debe enfrentar el equipo, es la falta de comunicación efectiva.  El saber escuchar, preguntar y hablar a tiempo, es una de las virtudes del ser humano que se ha perdido poco a poco en el “agitado mundo laboral”, y que curiosamente también ha afectado a uno de los equipos fundamentales en el desarrollo humano, llamado “Familia”.   Mucho podemos hablar de la comunicación, en Coaching trabajamos esto, pero sólo en este artículo quisiera preguntar: ¿cómo es tu comunicación con el equipo?, ¿Qué ha mejorado?, ¿Qué les ha alejado?, ¿Qué hace que no nos comprendamos?, ¿Qué hace que no nos entendamos?, ¿cómo podemos mejorar nuestra comunicación?, ¿Qué estamos dispuestos a dar por ella?, ¿Qué tan importante es para nosotros?, ¿Qué no hemos hecho por mejorar la comunicación? Y así muchas preguntas más que estoy seguro, amigo lector, usted se ha comenzado a formular.
        
                Otra barrera importante a considerar es el miedo al cambio.   La mayoría no se adapta bien a los cambios en general.  Los desestabilizan.  Claramente estaremos mejor parados si aceptamos el cambio como algo positivo y necesario.  Los procesos del cambio, son variados y los trataremos quizás en otro artículo, pero quiero mencionar algunas cosas que limitan el cambio: El miedo a lo desconocido, el temor a comprometernos, el miedo a que nos desaprueben, el miedo al éxito.  Hay muchos más, pero te  invito a trabajar con tu equipo y preguntar: ¿Que ha obstaculizado el cambio?, y te aseguro que habrán muchas opiniones que te moverán.

                Pero, ¿cuáles son los rasgos generales de los equipos eficaces?, algunos de ellos son:

-          Respeto

-          Sacrificio

-          Creatividad

-          Unidad

-          Colaboración

-          Resiliencia

-          Deseos de superación

-          Intercambio de aprendizajes

Finalmente, todos somos parte de un equipo y debemos dar y recibir en él.  Alimentamos la eficiencia del mismo y nos retroalimentamos con los aprendizajes.   Entendemos que hay una diferencia muy grande entre “grupo y equipo”, nuestro objetivo es que los grupos de trabajo, se transformen en equipos de colaboración, con objetivos claros, medibles y sustentables.

Cómo líder, ¿Qué prefieres en tu organización?, ¿Grupos o Equipos?, está en ti comenzar a generar los cambios.
 
Hasta la próxima...

domingo, 5 de enero de 2014

La Cama de Procustes


Les saludo con un gran abrazo en este 2014, deseando un excelente año para cada cada uno de ustedes.   Estamos de regreso, ha finalizado un año al 100% con muchos cierres de actividades, muy intenso y se nos viene un 2014 tremendo que iremos compartiendo.  
Muchos han iniciado el año con proyecciones, buenos deseos y planificación estratégica que les permita "visualizar" un mejor año.   Pero conversando con algunos Coaches me he dado cuenta que muchas personas, inician su planificación con las mismas herramientas y creencias del pasado.  Esto me lleva a pensar en las palabras de Tony Robbins "Si quieres resultados diferentes, has cosas diferentes".
Procustes, es un personaje de la mitología griega.  Un bandido griego.  Este ofrecía posada al viajero solitario.  Lo invitaba a acostarse en una cama de hierro, y una vez dormido, lo amordazaba y ataba a las cuatro esquinas de la cama.  Si la victima era alta, procedía a aserrar tanto pies como manos para que "calzara" en la cama, si al contrario, la víctima era baja, procedía a estirarlo descoyuntado sus extremidades.
No es un relato que nos gustaría contar a los niños, pero ¿se han dado cuenta que muchos de nosotros diariamente nos acostamos en la cama de Procustes?, ¿cómo?,  por medio de nuestras creencias.   Tenemos la oportunidad de hacer algo extraordinario, llegar donde nunca antes habíamos llegado, pero algo no nos deja avanzar y nos mantiene atados a una estructura, podemos crecer un poco, pero no salir de la estructura llamada "Creencia Limitante".  Atados a la cama de la creencia, no podremos lograr más allá de lo que siempre hemos logrado.  Los mismos ingresos económicos e incluso menos, los mismos síntomas de salud, el mismo trabajo sin ver nuevas alternativas que lleven a un mejor desarrollo profesional, y así podríamos mencionar muchas más.
Según la leyenda, fue Teseo quien hizo a Procustes tomar de su propia medicina y como era alto ya se imaginarán que paso.   Necesitamos a esos Teseo que ayuden a las víctimas de las creencias a liberarse de ellas y salir de la cama.   Las sesiones de Coaching te puede ayudar a ver lo que no has visto, ha sentir lo que no has sentido, ha reconocer lo que no has reconocido y comenzar a vivir como no has vivido.  Por medio del proceso, va naciendo ese Teseo que desafía a Procustes, reconoces aquello que te limita y te lleva a la libertad interior.

Es mi deseo y de Liderazgo Integral que este 2014, sea un año de victoria personal, y que veas por medio del proceso de Coaching que es posible atar al gigante y vencerlo.

Hasta la próxima....