Un elemento esencial antes de concentrar su atención en incrementar
la efectividad de su equipo, es examinar que aporta a este cada uno de sus
miembros.
Mucho se habla respecto a
trabajo en equipo, liderazgo de equipos, otros usan términos como Team Coaching
para llevar a miembros de un grupo a trabajos de relacionamiento, cohesión y
porque no decirlo, diversión con aprendizaje, pero aunque podemos coincidir con
algunas escuelas y psicólogos en lo que respecta a las necesidades básicas de
los individuos, creo necesario abordar algunas que son fundamentales. Estas son: El sentido de pertenencia, el sentido de valor y el sentido de
competencia, estas son tres grandes necesidades de los miembros de un
equipo.
Un conferencista americano ha
popularizado una máxima que es la siguiente: “¿cómo podemos describir la vida
en su punto óptimo?”, pregunta al público, y continua diciendo: “Nada que
perder, nada que demostrar, nada que ocultar”.
En realidad, es eso lo que nos brinda la sensación de que valemos
algo. El querer asumir riesgos suele
caracterizar a una persona con autoestima alta, el que corre riesgos suele
pensar así: “Me siento seguro de lo que soy y de quien soy, por tanto no
necesita demostrárselo a nadie, soy quien soy”.
El problema es que mucha veces en búsqueda de este sentido de
valoración, se pierde la identidad y se
vulnera gravemente la confianza en sí mismo con etiquetas que la sociedad y la
actividad misma obliga a cubrir. ¿Cuántas veces ha escuchado usted lo siguiente?:
“Mi nombre es XXXXXX y soy ingeniero (puede ser cualquier actividad), y además
soy el gerente de área de esta compañía”, confundiendo el sentido de identidad
con la actividad temporal o profesión, muchas veces basando la autoestima, en
la imagen que otros tengas de él. Una
persona, miembro de un equipo que conoce su identidad, reconoce sus fortalezas
y debilidades, sabe que es valioso y que tiene algo que aportar y recibir del
equipo.
La tercera gran necesidad, es la
de sentirse competente. Queremos sentir
que estamos haciendo una contribución al equipo. Si aún no lo ha hecho, le invito a que se
pregunte “¿Qué me hace ser único y competente para este equipo”?. Si no se ha
formulado esta pregunta, en un futuro cercano hágalo, será valioso no sólo para
usted sino para su equipo. Hay programas
de Coaching que le pueden ayudar a usted y al equipo a encontrar esas
competencias que le harán más consciente y responsable de su rol en este gran
rompecabezas llamada “Equipo”.
Muchas personas para comenzar un
proceso de valor en un equipo deben romper una barrera, y es la “Inseguridad
Personal”. Claramente esta barrera
personal, limita al equipo. Aún si no
tiene que ver con la tarea o proyecto específico, puede afectar el normal
funcionamiento del equipo. La falta de
confianza en sí mismo, la ansiedad, las actitudes defensivas y el temor son
todos síntomas de que hay inseguridad personal.
Si bien hay muchas razones y
quizás argumentos positivos para justificar un ambiente competitivo, también
hay riesgos a considerar. Uno de los
mayores peligros de la competencia es la falsa percepción de que estamos
compitiendo contra los propios miembros de nuestro equipo. Es vital recordad que en un equipo “TODOS
DEBEN GANAR”. Si estamos compitiendo con
cualquier otro propósito, se pierde la efectividad del equipo.
Pero esto no es todo, otra
barrera que debe enfrentar el equipo, es la falta de comunicación
efectiva. El saber escuchar, preguntar y
hablar a tiempo, es una de las virtudes del ser humano que se ha perdido poco a
poco en el “agitado mundo laboral”, y que curiosamente también ha afectado a
uno de los equipos fundamentales en el desarrollo humano, llamado
“Familia”. Mucho podemos hablar de la
comunicación, en Coaching trabajamos esto, pero sólo en este artículo quisiera
preguntar: ¿cómo es tu comunicación con el equipo?, ¿Qué ha mejorado?, ¿Qué les
ha alejado?, ¿Qué hace que no nos comprendamos?, ¿Qué hace que no nos
entendamos?, ¿cómo podemos mejorar nuestra comunicación?, ¿Qué estamos
dispuestos a dar por ella?, ¿Qué tan importante es para nosotros?, ¿Qué no
hemos hecho por mejorar la comunicación? Y así muchas preguntas más que estoy
seguro, amigo lector, usted se ha comenzado a formular.
Otra barrera importante a considerar es el miedo al cambio. La mayoría no se adapta bien a los cambios en general. Los desestabilizan. Claramente estaremos mejor parados si aceptamos el cambio como algo positivo y necesario. Los procesos del cambio, son variados y los trataremos quizás en otro artículo, pero quiero mencionar algunas cosas que limitan el cambio: El miedo a lo desconocido, el temor a comprometernos, el miedo a que nos desaprueben, el miedo al éxito. Hay muchos más, pero te invito a trabajar con tu equipo y preguntar: ¿Que ha obstaculizado el cambio?, y te aseguro que habrán muchas opiniones que te moverán.
Pero, ¿cuáles son los rasgos
generales de los equipos eficaces?, algunos de ellos son:
-
Respeto
-
Sacrificio
-
Creatividad
-
Unidad
-
Colaboración
-
Resiliencia
-
Deseos de
superación
-
Intercambio
de aprendizajes
Finalmente, todos somos parte de un equipo y debemos dar y recibir
en él. Alimentamos la eficiencia del
mismo y nos retroalimentamos con los aprendizajes. Entendemos que hay una diferencia muy grande
entre “grupo y equipo”, nuestro objetivo es que los grupos de trabajo, se
transformen en equipos de colaboración, con objetivos claros, medibles y
sustentables.
Cómo líder, ¿Qué prefieres en tu organización?, ¿Grupos o Equipos?,
está en ti comenzar a generar los cambios.
Hasta la próxima...