Un padre, esforzado y deseoso que su hijo sea un profesional, trabajo durante muchos años para dar lo mejor a su hijo. Pasados los años, el hijo fue un profesional muy exitoso. Un día el padre enfermo gravemente y pedía ver a su hijo, pero cada vez que lo llamaban el respondía "Dile a papa que estoy en un proyecto muy importante, no puedo ir ahora, que me disculpe, estoy ocupado". Este mensaje se repitió semana, tras semana. Llegando el día que el padre iba a partir de este mundo, pidió a su hermana que escribiera un mensaje en su lápida. El padre murió y al enterarse el hijo de este desafortunado hecho, llego con sus flores al cementerio donde sepultaban a su padre, pero al llegar a la tumba, se encontró con el mensaje de la lápida que decía:"Hijo, te amo mucho, pero llegaste tarde con las flores".
Las Flores debemos entregarlas en vida, cuando se puede apreciar su belleza, sentir el aroma de su perfume y disfrutar de esa sonrisa que produce la entrega. Amigo, no llegues tarde con las flores.
