lunes, 28 de septiembre de 2009
Los Seis Errores del Hombre
Los Seis Errores del Hombre
1.- La ilusión de que las ganancias personales se consiguen aplastando a los demás.
2.- La tendencia a preocuparse por las cosas que no se pueden cambiar o corregir.
3.- Insistir en que una cosa es imposible porque no podemos conseguirla.
4.- No querer prescindir de preocupaciones banales.
5.- Rechazar el desarrollo y el perfeccionamiento de la mente y no adquirir el hábito de leer y estudiar.
6.- Intentar obligar a los demás a creer y vivir como nosotros.
Marco Tulio Cicerón
(106 a.C.-43 a.C)
jueves, 24 de septiembre de 2009
El Mundo
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
El Mundo es eso -reveló-. Un montón de gente. Un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fueguitos iguales. hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.
Eduardo Galeano "El libro de las brasas".
domingo, 20 de septiembre de 2009
Aprendiendo a Vivir los Días
Leyendo en la Biblia el Salmo 90 en el verso 12 me llama la atención la declaración de Moisés que dice: "Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría", el texto lo tome de la versión NVI.
Esto me lleva a pensar, ¿como vivimos nuestros días?, ¿de que manera aprendemos sabiduría al pasar el día?, ¿que nuevo aprendizaje rescato de cada situación que vivo en el día?. Alguien me preguntó hoy: "¿cuantos años tienes?" y respondí "no lo se". ¿Extraño?, quizás no. Los años que tenemos son los que nos quedan de hoy hacia adelante, no los que ya hemos vivido, esos ya se fueron y son parte del pasado y el aprendizaje. Los años que tenemos son los que viviremos desde ahora, el ayer ya pasó es historia, el mañana no nos pertenece, aún no nos ha sido dado, por lo tanto que importante es comprender las palabras de Moisés que nos indican que debemos contar bien nuestros días, no habla de contar nuestros años, sino nuestros días y de esa manera el corazón adquiera sabiduría, no habla de conocimiento, sino de sabiduría. Hoy hay mucho conocimiento en el mundo y los medios, pero se requiere de sabiduría para administrar ese conocimiento y de acuerdo al salmista, lo obtenemos contando bien nuestros días.
Hace un tiempo leí un poema atribuido a Borges que nos relata la llegada de ese hombre a los 85 años y como le gustaría volver a vivir ese tiempo, por favor acompáñame en esta lectura:
"Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años...
y sé que me estoy muriendo"
Termino con algunas palabras de este poema: "Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora", así traeremos al corazón sabiduría.
lunes, 14 de septiembre de 2009
Solitario en el Camino
La vida es como una gran carrera en bicicleta, cuya meta es cumplir la Leyenda Personal – aquello que, según los antiguos alquimistas, es nuestra verdadera misión en la Tierra.
En la línea de partida estamos juntos, compartiendo camaradería y entusiasmo. Pero, a medida que la carrera se desarrolla, la alegría inicial cede lugar a los verdaderos desafíos: el cansancio, la monotonía, las dudas sobre la propia capacidad. Nos damos cuenta de que algunos amigos ya desistieron en el fondo de sus corazones; aún siguen corriendo, pero es porque no pueden parar en medio de la pista. Este grupo se va haciendo cada vez más numeroso, con todos pedaleando al lado del coche que acompaña para apoyo, donde conversan entre sí, cumplen con sus obligaciones, pero olvidan las bellezas y desafíos del camino.
Nosotros terminamos por distanciarnos de ellos y entonces estamos obligados a enfrentar la soledad, las sorpresas de las curvas desconocidas, los problemas que pueda crearnos la bicicleta. En un momento dado, después de algunas caídas sin que haya nadie cerca para ayudarnos, terminamos por preguntarnos si vale la pena tanto esfuerzo.
Sí, vale. Se trata sólo de no desistir. El padre Alan Jones dice que para que nuestra alma tenga condiciones de superar esos obstáculos, necesitamos Cuatro Fuerzas Invisibles: amor, muerte, poder y tiempo.
Es necesario amar, porque somos amados por Dios. Es necesaria la conciencia de la muerte, para entender bien la vida. Es necesario luchar para crecer, pero nunca dejarse ilusionar por el poder que llega junto con el crecimiento, porque sabemos que él no vale nada.
Finalmente, es necesario aceptar que nuestra alma, aunque sea eterna, está en este momento presa en la tela del tiempo, con sus oportunidades y limitaciones. Así, en nuestra solitaria carrera en bicicleta, tenemos que actuar como si el tiempo no existiera, hacer lo posible para valorizar cada segundo, descansar cuando sea necesario, pero continuar siempre en dirección a la luz Divina, sin dejarnos afectar por los momentos de angustia.
Estas Cuatro Fuerzas no pueden ser tratadas como problemas a ser resueltos, ya que están fuera de cualquier control. Tenemos que aceptarlas y dejar que nos enseñen lo que necesitamos aprender.
Vivimos en un Universo que es al mismo tiempo lo suficientemente gigantesco como para rodearnos y lo bastante pequeño como para caber en nuestro corazón. En el alma del hombre está el alma del mundo, el silencio de la sabiduría. Mientras pedaleamos en dirección a nuestra meta, es siempre importante preguntar: “¿Qué hay de bueno en el día de hoy?”. El sol puede estar brillando, pero si la lluvia estuviera cayendo, es importante recordar que eso también significa que las nubes negras se habrán disuelto en breve. Las nubes se disuelven, pero el sol permanece inmutable, y no pasa nunca. En los momentos de soledad es importante recordar eso.
Finalmente, cuando las cosas llegan a ponerse muy duras, no podemos olvidar que todo el mundo ya pasó por eso, independientemente de raza, color, situación social, creencias o cultura. Una hermosa plegaria del maestro sufí Dhu'I-Nun (egipcio, fallecido el año 861 a . C.) resume bien la actitud positiva necesaria en estos momentos:
“Oh, Dios, cuando escucho las voces de los animales, el ruido de los árboles, el murmullo de las aguas, el gorjeo de los pájaros, el zumbido del viento o el estruendo del trueno, percibo en todos ellos el testimonio de Tu unidad; siento que Tú eres el supremo poder, la omnisciencia, la suprema sabiduría, la suprema justicia.
“Oh, Dios, te reconozco en las pruebas que estoy pasando. Permite, Oh, Dios, que Tu satisfacción sea mi satisfacción. Que yo sea Tu alegría, aquella alegría que un Padre siente por un hijo. Y que yo me acuerde de Ti con tranquilidad y determinación, incluso cuando resulte difícil decir “Te amo”.
Paulo Coelho
lunes, 7 de septiembre de 2009
¿Lobos con piel de Ovejas?
En la mitología griega se destaca el dios de los escritores y poetas, lo hacían llamar MOMO. Era la personificación del Sarcasmo, las burlas y la agudeza irónica. El escritor sirio Luciano de Samótana, destaca en una de sus obras "el hermotimus" que este dios se burlo de su par Hefesto, por haber fabricado a los hombres sin puertas en sus pechos para poder ver el corazón de ellos y a través de esas puertas poder conocer si sus pensamientos y sentimientos eras verdaderos.
Hace un par de semanas se llevó a cabo el Percade, organizado por la Corporación la Araucana y una de las cosas que me llamo mucho la atención fue su imagen del evento: Un lobo mezclándose en la imagen con una oveja y su eslogan era "Somos o parecemos. Chile, la verdad que llevamos dentro". Felicitaciones, un gran trabajo de arte con un potente mensaje.
Hace 2000 años, Jesús advertía a sus discípulos y les decía: "Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces" (Mateo 7:15 NVI). No hay duda, estamos en un mundo de apariencias, donde la autenticidad en las relaciones personales se ha ido diluyendo como agua entre los dedos. Cada día es más difícil mostrarse tal cuál somos. ¿Qué motiva usar el disfraz?, ¿por qué es tan importante aparentar en una sociedad que clama a gritos que podemos mirarnos a los ojos como hermanos, sin máscaras?.
Lo conversé este día y me alguien me respondió "No quiero verme vulnerable, soy aceptado de esta manera, no sé si me aceptarán tal como soy". El temor a ser dañado, no aceptado, ignorado a generado disfraces que poco a poco se han convertido en parte de la personalidad hacía el exterior, pero ¿quién eres cuando la noche a llegado?, cuándo las luces se han apagado y te quedas sólo, sin la coraza o armadura que te protege, ¿quién eres?.
Es verdad, no lo podemos negar, nuestra sociedad está repleta de lobos con piel de ovejas, que con palabras amables y actitudes que nos llenan de elogios que queremos escuchar y nos hacen sentir bien, van ganando nuestra confianza hasta oler la vulnerabilidad y atacar. Es tarea de cada uno de nosotros, comenzar a realizar los cambios, primero, quitando nuestra propia piel de lobos y mostrar la hermosura de ser uno mismo, aceptándose y respetándose en su interior antes de buscar la aceptación externa y créeme, los lobos olerán el cambio y buscarán nuevas presas. Recuerda, no hay nadie como tú, y este mundo necesita muchos valientes que como ese "Caballero de la Armadura Oxidada" de la que nos habla Robert Fisher comiencen su peregrinaje, y en cada paso y lugar vayan dejando caer esa armadura que oculta quien realmente es.
Que fuerte y profunda es la frase que usó Percade: "La verdad que llevamos dentro".
¿Quién eres en tu interior? ¿Oveja o Lobo?
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Nunca es Tarde......
Lo que yo pienso es que nunca es muy tarde, o en mi caso, muy temprano, para ser quien quieras ser.
No hay límite de tiempo, empieza cuando tú quieras…
Cambia o quédate igual, no hay reglas…
Nosotros podemos hacer de ello lo mejor o peor
Yo espero que tu puedas hacerlo lo mejor
Espero que puedas ver cosas que te espanten, sientas cosas que no has sentido antes
Espero que conozcas personas con diferentes puntos de vista
Espero que te retes a ti mismo
Espero que te caigas y te levantes
Espero que tu vida sea la vida que quieres, y si no lo es, espero que la empieces de nuevo.
(Sacado del guión de la película: El curioso caso de Benjamín Button)
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