lunes, 18 de octubre de 2010
Eso No Es Problema Mío...
Esta es la historia de cuatro personajes llamados Cada Uno, Alguien, Cualquiera y Ninguno.
Había que realizar un trabajo importante y Cada Uno estaba seguro de que Alguien lo haría. Cualquiera pudo haberlo hecho, pero Ninguno lo hizo. Alguien se disgusto por eso, ya que el trabajo era de Cada Uno. Cada Uno pensó que Cualquiera podía hacerlo, pero Ninguno se dio cuenta de que Cada Uno no lo haría.
En conclusión, Cada Uno culpó a Alguien, cuando Ninguno hizo lo que Cualquiera podía haber hecho.
¡Todos pensaban "eso no es problema mío"!
Hasta la próxima
martes, 12 de octubre de 2010
Una Labor Bien Hecha......
El afamado artista Miguel Ángel fue convocado a Roma por el Papa Julio II para realizar una obra. Miguel Ángel quería rechazar la oferta, que implicaba pintar una docena de figuras en el cielo raso de una capilla pequeña del Vaticano. Miguel Ángel era un pintos muy capacitado, pero su pasión era la escultura. Sin embargo, presionado, Miguel Ángel aceptó la tarea de mala gana.
Los rivales del artista deseaban que fracasara en su obra sabiendo que la pintura no era su primer amor. Pero una vez que Miguel Ángel aceptó hacer el trabajo, se sumergió en él. Expandió el proyecto de una simple muestra de los doce apóstoles incluyendo más de cuatrocientas figuras y nueve escenas del libro de Génesis.
Durante cuatro años de duro trabajo, Miguel Ángel se recostó de espaldas pintando el cielo raso de la Capilla Sixtina. Le dolían el cuello, los hombros y la espalda. La pintura le caía en los ojos. Su visión se daño. Más tarde, Miguel Ángel llamaría a esta tarea "años torturadores" que lo hicieron sentir "tan viejo y cansado como Jeremías".
Sin embargo, los frutos de su agonía fueron hermosos. Los historiadores de arte que otros artistas como Rafael adaptaron sus estilos reflejando la influencia de Miguel Ángel. ¿Qué fue lo que condujo a Miguel Ángel a comprometerse con tanta excelencia y belleza en su trabajo?
- Nunca nadie verá ese rincón de la capilla - le dijo alguien mientras trabajaba.
Su respuesta fue simple:
- Dios lo verá.
¿Que enseñanza rescatas de este relato?.
Hasta la próxima.
martes, 5 de octubre de 2010
Dejando el Mundo Conocido
Hace siglos, cuándo un cartógrafo acababa con el mundo conocido antes de terminar con el pergamino en el que dibujaba, solía incluir la figura de un dragón al final del rollo. Esto tenía por intención avisar al explorador que estaba entrando en terreno desconocido, a riesgo propio.
Mucho exploradores, sin embargo, no percibían al dragón como señal de advertencia del cartógrafo sino como profecía. Preveían desastres más allá del "mundo conocido" por el que viajaban. Su miedo les impedía avanzar para descubrir nuevas tierras y pueblos.
Otros viajeros más aventureros veían el dragón como señal de oportunidad, la puerta de entrada a un territorio nuevo que valía la pena explorar.
Cada uno de nosotros tiene un mapa mental que contiene la información que usamos como guía para nuestras exploraciones de cada día. Así como eran los mapas de la antigüedad, nuestros mapas mentales tienen bordes, y en ellos puede parecer que hay dragones, o miedos. A veces nuestros temores pueden ser válidos. Pero en otras ocasiones nos impedirán descubrir más y más de este mundo, o de otras personas, incluyéndonos a nosotros mismos. No permita que el miedo le impida ver todo lo que Dios desea que explore y conozca.
Alguien dijo: "El hombre no puede descubrir nuevos océanos a menos que tenga el coraje de perder de vista la costa"
Hasta la próxima.
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