martes, 12 de octubre de 2010

Una Labor Bien Hecha......


El afamado artista Miguel Ángel fue convocado a Roma por el Papa Julio II para realizar una obra. Miguel Ángel quería rechazar la oferta, que implicaba pintar una docena de figuras en el cielo raso de una capilla pequeña del Vaticano. Miguel Ángel era un pintos muy capacitado, pero su pasión era la escultura. Sin embargo, presionado, Miguel Ángel aceptó la tarea de mala gana.
Los rivales del artista deseaban que fracasara en su obra sabiendo que la pintura no era su primer amor. Pero una vez que Miguel Ángel aceptó hacer el trabajo, se sumergió en él. Expandió el proyecto de una simple muestra de los doce apóstoles incluyendo más de cuatrocientas figuras y nueve escenas del libro de Génesis.
Durante cuatro años de duro trabajo, Miguel Ángel se recostó de espaldas pintando el cielo raso de la Capilla Sixtina. Le dolían el cuello, los hombros y la espalda. La pintura le caía en los ojos. Su visión se daño. Más tarde, Miguel Ángel llamaría a esta tarea "años torturadores" que lo hicieron sentir "tan viejo y cansado como Jeremías".
Sin embargo, los frutos de su agonía fueron hermosos. Los historiadores de arte que otros artistas como Rafael adaptaron sus estilos reflejando la influencia de Miguel Ángel. ¿Qué fue lo que condujo a Miguel Ángel a comprometerse con tanta excelencia y belleza en su trabajo?
- Nunca nadie verá ese rincón de la capilla - le dijo alguien mientras trabajaba.
Su respuesta fue simple:
- Dios lo verá.

¿Que enseñanza rescatas de este relato?.

Hasta la próxima.