En un lejano reino de Oriente, dos amigos, se dirigieron a la casa del un anciano para preguntar acerca del bien y del mal.
Una vez en su interior, y junto con otras personas reunidas en el lugar, preguntaron:
- Dinos, anciano, ¿que diferencia existe entre el cielo y el infierno?.
El sabio contestó:
- Veo una montaña de arroz recién cocinado, humeante y sabroso. A su alrededor hay muchos hombres y mujeres famélicos y hambrientos, víctimas de expectativa y frustración. Sus palillos son más largos que sus brazos y por ello, cuando toman el arroz, no pueden hacerlo llegar a sus bocas.
Un rumor irrumpió entre los reunidos allí...
Luego el sabio anciano prosiguió y dijo:
- Veo también otra montaña de arroz recién cocinado, humeante y sabroso. A su alrededor hay muchos seres humanos alegres y sanos que sonríen con satisfacción y benevolencia. Sus palillos son también más largos que sus brazos, sin embargo, han decidido darse la comida los unos a los otros.
Ya lo decía el sabio Rabindranath Tagore: "Dormía y soñaba que la vida no era más que alegría. Desperté y vi que la vida no era más que servir. Serví y ví que servir era la alegría".
Hasta la próxima...