viernes, 4 de junio de 2010

El Anciano y La Criatura


Una vez, una criatura llamada hombre, deseaba hacer algo más que el simple hecho de mirar cómo el sol salía por el este y cómo se ocultaba en su otro extremo. En ese preciso momento, apareció un anciano; se acercó y le dijo:
- Si deseas hacer algo por ti mismo y por otros como tu, sólo recorre este camino junto a mi.
La criatura se levantó y acompañó al anciano. Caminó a su lado sin detenerse un minuto. Observaba, al transitar el nuevo camino, cómo los árboles daban frutos y las praderas se teñían de bellos y diferenciados colores. Algunas veces eran blancos, otras veces ocre y en muchas otras, verdes y multicolores.
En un instante del sendero, el hombre le dijo al desconocido y silencioso anciano:
- Siento que cada vez que avanzamos, pasamos por el mismo lugar; aunque el paisaje nunca es el mismo.
- Es verdad... respondió el anciano.
- Y ¿qué es lo que hace que todo cambie al pasar frente a mi?,preguntó el hombre.
- El trabajo de la Naturaleza, respondió sonrientemente el anciano sabio.
- ¿Y este camino, adónde me lleva?, insistió la criatura humana.
- ¡A donde tu quieras llegar! exclamó el anciano mientras se alejaba lentamente.
El Hombre, apenas percibiendo la silueta del anciano, hizo su última pregunta:
- ¿Quién eres tu?
- Pues, mi nombre es “TIEMPO”.