sábado, 13 de febrero de 2010

Buen Aprendizaje...


Juan González era un carpintero muy competente y leal que trabajó durante dos décadas para un constructor. Un día el constructor llamo a Juan a su oficina y le dijo;
- Lo pondré a cargo de la próxima casa que construya. Quiero que ordene todos los materiales y supervise el trabajo desde los cimientos.
Juan acepto la asignación con entusiasmo. Estudio los planos y verifico cada medida con cuidado y de manera específica. Mientras trabajaba, un pensamiento surgió en su mente: Bueno, estoy a cargo de esto, así que puedo reducir gastos si quiero. Puedo usar un material más barato, contratar mano de obra más barata, y luego guardarme el dinero extra. ¿Quién lo sabrá? He trabajado duro durante casi veinte años. Merezco un pequeño "bono".
Entonces, Juan ordenó madera de segunda mano y cemento barato. Pasó cables baratos y contrato personas incompetentes por un mínimo precio. Cuando la casa estuvo terminada, el constructor vino a echar un vistazo.
- ¡Parece haber hecho un buen trabajo, Juan, como siempre! - dijo -. Y ahora tengo una sorpresa para usted. Ha sido un carpintero tan fiel conmigo todos estos años que he decidido darle esta casa como recompensa.
La persona verdadera que hay en usted, emerge cuando nadie está mirando.