martes, 17 de noviembre de 2009

Un Armagedón Interior...


El misionero metodista E. Stanley Jones, cuenta una historia de un pastor evangélico que preparaba una serie de 10 sermones sobre el tema: "Como evitar una depresión". Antes de completar su obra, el mismo sufrió un ataque de depresión. La presión de llevar a término su esfuerzo termino por conducirlo a ese estado.
Todas las personas experimentan algún tipo de ansiedad mental durante sus vidas, esto va desde la simple expectación de un joven en su primera cita hasta un ejecutivo de una gran corporación. Existe una atmósfera de sufrimiento emocional y psicológico que esta trayendo resultados devastadores a la vida de las personas. La soledad por ejemplo, puede ser tan intensa que imposibilita las funcionas normales de hombres y mujeres. La inseguridad, ¿que sucederá con tal o cual situación?, esto paraliza a las personas e inhibe su capacidad creativa para encontrar soluciones efectivas que quizás siempre estuvieron ahí. Los sentimientos de culpabilidad, sabiendo que inundan el corazón con lo que se hizo o lo que pudiendo hacer en bien de otros no se hizo. Podríamos seguir enumerando una y otra de estas "enfermedades del alma" que pueden llegar a desarrollar incapacidades físicas y como dice Louise Hay, enfermedades que luego son diagnosticadas por profesionales del área de la salud, pero que sólo pueden ser tratadas en el alma. ¿Que hacer en este mundo que sufre?. La humanidad pareciera dirigirse a un Armagedón, pero no como el que describe la Biblia, sino el Armagedón interior. El egocentrismo del hombre, el arte de racionalizar practicamente todo buscando una respuesta racional a algo que quizás escapa de lo racional y esta en otra esfera que es comprendida por el corazón más que la razón. El clima intelectual que vive el hombre moderno es en verdad una paradoja. Nuestra tecnología crea milagros científicos, pero no puede satisfacer nuestras necesidades más profundas. Pone ruedas bajo nuestros pies, pero siembra temores y aprensiones en nuestros corazones. Es verdad, podemos vivir más tiempo, ¿pero mejor?, podemos vivir con más comodidades, pero ¿vivimos más satisfechos?. El hombre ha cambiado su mirada a los nuevos dioses: El hombre adora la ciencia, este cientificismo ha reemplazado a la fe. El hombre adora las cosas, y trata de llenar el vació de su corazón con "cosas", dejo a los psicólogos la labor de averiguar que motiva a las personas a llenar esos vacíos con "cosas". Finalmente, el hombre se adora a si mismo y ha olvidado el sentido espiritual de su ser interno. No hablo de religión, sino de acercarse a lo espiritual, entendiendo que somos un todo con el todo y uno más en el gran rompecabezas del Universo, somos seres espirituales, que mientras busquemos afuera lo que en realidad esta dentro de nosotros, seguiremos siendo parte de una sociedad insatisfecha espiritualmente hablando que va directo al Armagedón interior.